miércoles, 8 de septiembre de 2010

Plan de ajuste y 2do plan quinquenal

Durante 1949 y 1954, Argentina, pasaba por una mala situación económica, a causa de las bajas de los precios de las exportaciones del campo. Juan Domingo Peron que se encontraba en el cargo de presidente en ese momento, decidió implementar dos planes, para mejorar la economía, uno de ellos fue el “plan de ajuste”, que consistía fundamentalmente en el ahorro de ganancias y en la austeridad, luego de muchos años de gran consumo; se privilegio la estabilidad por sobre la expansión y la agricultura por sobre la industria; recorto las importaciones; congelo sueldos y cancelo las negociaciones colectivas por dos años; y finalmente le dio muchos beneficios al sector rural, el cual era el motor económico del país para esos tiempos. Gracias a este plan de ajuste, la inflación se redujo y la economía volvió a crecer.
El otro plan fue, el 2do plan “Quinquenal”, el cual se desarrollo a mas largo plazo, y el aporte mas importante, fue el de acortar la importaciones, y comenzar a producir maquinarias e insumos industriales. Para realizar la producción de estas maquinarias, se necesito de capital extranjero. Este capital extranjero también se utilizo para la producción de tractores, camiones y automóviles. Este plan afecto muy favorablemente a la economía

Crisis del año 1949

A finales del primer gobierno de Juan Domingo Perón, se produjo un suceso que cambiaría la economía de ese momento, la cual atravesaba un período impecable. En 1949 se invirtió el signo favorable de los términos de intercambio: los precios de las exportaciones del campo se colocaron un 12 % por debajo de los de 1948. Esto perjudicaría a la reorientación de la agenda económica del segundo gobierno peronista, donde el principal objetivo consistía en conseguir capitales extranjeros provenientes de Estados Unidos y, de esta manera, contar con asistencia técnica a los efectos de impulsar la modernización industrial.
En estas circunstancias, el gobierno hizo dos apuestas: especuló con el estallido de una posible Tercera Guerra Mundial, que sostuviera en alza la demanda de los productos del campo argentino; la segunda apuesta fue participar en el Plan Marshall para la reconstrucción de Europa puesto en marcha en 1947. Tampoco tuvo mejor suerte porque el gobierno norteamericano le adjudicó al país una cuota mínima en el abastecimiento de alimentos debido a la presión de intereses locales.
En este marco estalló la crisis del sector externo, que se trasladó a la actividad industrial nacional, por la dificultad de importar maquinarias y equipos, e impulsó un crecimiento de la inflación.
La alternativa de un plan de ajuste comportaba altos costos en términos de empleo y salarios para una política de desarrollo basada en el liderazgo del sector público y el crédito barato para financiar la expansión del mercado interno. Aunque las primeras reacciones fueron parciales e inefectivas, el nuevo equipo, a cargo de Alfredo Gómez Morales, decidió recortar las importaciones, racionar el crédito y reducir los compromisos fiscales. Una de sus consecuencias fue la sucesión de conflictos entre 1949 y 1951 en las actividades más afectadas por la disminución de subsidios públicos (ingenios azucareros, trabajadores de frigoríficos, los bancarios, los gráficos, los ferroviarios).
El pico de la crisis se alcanzó en 1951-52, cuando el déficit del sector externo fue potenciado por las secuelas de dos sequías sucesivas, donde los argentinos debieron consumir un pan más negro, elaborado con mijo, escaseó la carne y se volvieron frecuentes los cortes de luz.
El gobierno decidió una nueva estratega económica y privilegió la estabilidad por sobre la expansión, la agricultura sobre la industria, la iniciativa privada y el capital extranjero por sobre el crecimiento del sector público. A partir de esta nueva política, implementó el plan de ajuste y el Segundo Plan Quinquenal, que redujeron la inflación en forma significativa e inició un período de crecimiento económico entre 1953-54, cuando las cuentas del comercio exterior cerraron con un saldo positivo. La reanudación de las negociaciones colectivas en 1954 permitió recuperar los salarios perdidos en los años previos.

jueves, 19 de agosto de 2010

Imágenes sobre Peronismo








Movilidad social

La movilidad social permitía el ascenso de posiciones en el estrato social de la pirámide compuesta por los diversos grupos sociales. Este procedimiento fue posible a través de la evolución del mercado internacional de posguerra, los acrecidos ingresos fiscales y la masificación del ahorro institucionalizado, hechos que aumentaron la prosperidad económica, plasmada en el Primer Plan Quinquenal de 1947. A partir de este año, se dio comienzo a una nueva edición de la experiencia colectiva de movilidad social que el país conociera a principios de siglo.
Para la masa de los inmigrantes del interior la incorporación al trabajo de mercado urbano implicó una elevación social ya sus salarios ascendieron notablemente. Por su parte, los trabajadores de más antigua residencia urbana, con más recursos y contactos, pudieron subir un escalón más en la pirámide social. Además, un rasgo de los años peronistas fue el fuerte crecimiento de los asalariados de cuello y corbata (empleados que trabajan en la administración pública) impulsado por la expansión de la administración pública y las burocracias de las empresas privadas.
Ésta fue una oportunidad de movilidad para hijos de familias obreras a los que sus padres habían conseguido mandar a la escuela. Los contingentes de las clases medias experimentaron también un incremento con el aporte de los nuevos pequeños y medianos propietarios de la industria, los servicios, el comercio, aumentando el mercado interno y consumo.
En este marco, los trabajadores vieron ampliarse sus horizontes de vida más allá de sus necesidades inmediatas.

Estado de Bienestar durante el Peronismo

Con la consigna de justicia social, el gobierno peronista de 1945 implementó políticas que mejoró el nivel de vida de los trabajadores y éstas formaron parte del Estado de Bienestar. Además, el Congreso dio fuerza de ley a los beneficios otorgados por decreto durante la Revolución de Junio: el aguinaldo anual, la generalización de las vacaciones pagas, la inclusión de los asalariados de la industria y el comercio en el sistema jubilatorio, las indemnizaciones por despido y accidentes de trabajo. Otras medidas que beneficiaron al sector trabajadores, que componían a las clases bajas de la población, fueron: el congelamiento de los alquileres, la fijación de salarios mínimos, el establecimiento de precios máximos a los artículos de consumo popular, los créditos y los planes de vivienda, las mejoras en la oferta de salud pública, los programas de turismo social, la construcción de colegios y escuelas, la seguridad del sistema de seguridad social.
Estos mayores niveles de protección laboral aumentaron los movimientos reivindicativos hacia el peronismo, tanto en la figura de Perón como Evita, quien emergió del segundo plano para encargarse de la activación política del movimiento oficial. Además, a través de estos derechos sociales los trabajadores conformaron una mayor integración sociopolítica y, de esta manera, las masas que habían sido considerados “descamisados”, a partir de su exclusión, pasaron a identificarse como los trabajadores, subrayando de este modo, el reconocimiento alcanzado en una sociedad más igualitaria.

Peronización de la sociedad

A partir del segundo gobierno de Perón (1952-1955) comenzó la peronización de la sociedad, ya que este quería el apoyo del sector obrero, y para mantener su cargo durante varios mandatos. Este proceso involucraba la publicación de libros y manuales primarios y secundarios con imágenes y frases que mostraban una posición positiva del gobierno peronista. Con esta medida logro una gran influencia en los niños y consiguiendo votos en un futuro inmediato.
Además, también se realizó la peronización de las instituciones donde el congreso en 1952 convirtió por medio de una ley la doctrina peronista (justicialismo en doctrina nacional) esta nuevo filosofía tenia por finalidad suprema la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación mediante la justicia social, la independencia económica y la soberanía política armonizando los valores espirituales y los derechos del individuo y los derechos de sociedad.
La consagración del peronismo como único movimiento nacional eliminó todo vestigio de pluralismo en la vida política: las otras expresiones partidarias fueron relegadas a una existencia casi clandestina, la afiliación al partido oficial pasó a ser requisito para el desempeño de cargos en la administración, las imágenes de Perón y Evita se multiplicaron, además de los libros de lectura de escuela primaria, en los sitios más diversos del espacio público

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ceunto de los conventillos

Yo era un Italiano que estaba viviendo en un conventillo en Argentina, mas precisamente en La Boca. Tenia un trabajo en el puerto y me despreocupaba por los problemas de impuestos y de salud que había donde vivía. Pero una mañana cuando llego a mi trabajo me encontré con que todos los obreros y marineros de donde trabajaba estaban en huelga y reclamaban por mejoras de condiciones de trabajo, y un sábado inglés (donde se trabaja solo medio día).
Mi amigo Dominico también se encontraba en este movimiento obrero, ya que el estaba pasando por un mal momento económico.
Pasaban las horas, los días pero solo obteníamos como respuestas peleas con las autoridades. Un martes luego del almuerzo llegaron una gran cantidad de militares armados, diciendo que nos pongamos a trabajar o nos retiremos porque sino iba a correr sangre. Pero nosotros no nos íbamos a resignar a nuestras convicciones con esa facilidad y tratamos de luchar. Tristemente muchos de mis compañeros resultaron gravemente heridos, y entre ellos estaba mi amigo Dominico. Luego de unos días Dominico falleció.
Luego de lo ocurrido, generamos un movimiento obrero más grande todavía con trabajadores de otros lugares, fábricas y sectores del puerto.
El gobierno dio la palabra de que si continuábamos con esta huelgas y movilizaciones utilizaría todavía mas la represión. Nosotros no le dimos interés a esto y continuamos luchando contra las autoridades y reclamado por nuestros derechos laborales. El cabecilla de nuestra organización era Álvaro Fernández, quien tenía una ideología y una visión de la sociedad muy clara. El decía que teníamos que reclamar por nuestros derechos.
Luego de muchas peleas con las autoridades el gobierno amenazó con echarnos del país, pero nosotros seguimos con nuestra lucha por defender nuestros ideales.
La semana siguiente llegaron las autoridades leyendo una ley que decía que aquellos inmigrantes que hayan actuado en contra de las autoridades iban a ser expulsados del país. Y por lo tanto fui expulsado junto con otros inmigrantes que eran miembros de estos organizaciones obreras.